Sin vida interior, no hay espiritualidad
La Buena noticia Mc. 6,30-38 Jesús invita a los discípulos a un lugar tranquilo y apartado para descansar. Los invita al desierto. Con ello nos enseña que sólo en el silencio y en el recogimiento interior podemos encontrar nuestro verdadero ser. Y sólo después de encontrarlo podremos indicar el camino a los demás. Sin vida interior y sin meditación profunda no es posible vivir la espiritualidad. Y sin esta experiencia