Padre/ Madre nuestra que nos envuelves con la belleza de tu creación
Tú nos hablas con el lenguaje de la polifonía y de la diversidad.
Tú hálito de vida nos vivifica y nos mueve a abrazar a cada ser.
Contemplamos cómo crecen secretamente los brotes de esperanza.
El misterio humilde de la madre tierra acuna tu amor fecundo.
¡Cómo no unirnos a la sinfonía sagrada de las creaturas!
¡Cómo no cuidar y defender la magia de tu obra de arte!
Perdónanos Señor porque nos invitas a ser centinelas de nuestra Casa Común,
pero nuestro egoísmo consumista amenaza con romper el equilibrio
Priorizamos el capital a lo esencial, lo inmediato a lo que perdura.
Mancillamos los ríos, enturbiamos los mares, ensuciamos el aire,
explotamos a nuestra madre tierra, sus gritos llegan a ti.
Remueve nuestra conciencia, y moviliza nuestros pies, mentes y corazones.
Enciende la pasión por lo colectivo, por la sinergia de lo comunitario.
Que nos cautive la esperanza de que aún podemos salvar tu creación
desde lo pequeño y cotidiano.
Desafíanos a tejer redes con quienes defienden el ecosistema.
Que ninguna comunidad nativa quede al margen,
Que nadie sea avasallado y expoliado sus territorios.
Que las futuras generaciones puedan disfrutar de la belleza
y hermosura que tus manos modelaron.
Haznos misioneras cuidadoras de todo lo viviente y sintiente.
Amén.