PILAR, UNA MUJER QUE TEJE HISTORIA
Pilar Baratech fue una de las primeras Misioneras Dominicas del Rosario que llegó a Guatemala hace más de 50 años, se nacionalizó guatemalteca. Y junto a otras hermanas abrieron brechas en una realidad y cultura diferente. Varias de ellas se quedaron sembradas en estas tierras sagradas.
Ella y las otras hermanas han acompañado los diferentes momentos históricos del país y de ese mismo modo ha sabido leer la historia y responder a las necesidades de la misión en cada momento. Su convicción, creer en las personas y principalmente en las mujeres. Desde una profunda sencillez ha sabido poner los pies en la tierra y leer la realidad desde la escucha de la palabra de Dios; la palabra de las personas y la permanente lectura de la realidad, que hasta hoy en día lo sigue haciendo, a sus 92 años. Y por eso muchas personas decimos: “es una luz en mi camino”.
Ellas es una de las fundadoras del “proyecto nueva vida” y desde allí, estas palabras que salen del corazón:
Madre Pilar, así le llamamos nosotras. Ella es formadora, guía, esperanza, consuelo y mensajera de Dios. Mujer cariñosa, humilde y de mucha fe, estos son algunos de los tantos dones que Dios nos ha regalado a la familia Nueva Vida a través de Madre Pilar.
El paso de Madre Pilar por Nueva Vida es una gran bendición tanto para nosotras las maestras como para las familias de los niños y las niñas que acoge nuestro proyecto. “Ella es una mujer que me abrió las puertas, confió en mí…” “Con ella aprendí a ser más humana, a ver que había otras personitas que me necesitaban y a servir con amor…” estos son algunos gestos de Madre Pilar que nos dejan huellas de su entrega incondicional a las demás personas y a nosotras en su paso por Nueva Vida.
Madre Pilar es también acogida, cada encuentro con ella está acompañado de una sonrisa dibujada en su rostro. Siempre atenta y puntual cada mañana para recibirnos. Además, de dedicar tiempo y espacio para escucharnos todos los días, ofreciéndonos una palabra de ánimo y con su sabiduría encontrábamos una solución a las dificultades.
Una profunda gratitud hacia Madre Pilar embarga nuestro corazón. “Gracias a ella tengo 15 años de aprendizaje según el carisma de MDR”, “Lo único que le digo siempre es gracias por creer en mi”, “Muy agradecida pues Dios me la puso en mi camino”, “Con ella yo crecí profesional y espiritualmente”, “Gracias a madre Pilar el día de hoy soy la mujer que ama su vocación”.
Sin duda alguna, Madre Pilar es una persona de luz, cada familia que se ha acercado a nuestro Proyecto Nueva Vida es una historia en la que ella ha llegado para dar amor. “Madre Pilar significa para el proyecto y para mí una esperanza de que el mundo puede cambiar”. Es un ejemplo de mujer de lucha, perseverancia y entrega hacia los demás hasta agotarse.
Maestras del Proyecto Educativo Nueva Vida
