Conocí a la pequeña Johanna en los “Amigos de Bernadette” que es una asociación organizada por las Hermanas Dominicas Misioneras del Rosario de Camerún, con el objetivo de ayudar a los más jóvenes que viven con discapacidad física que son unas de las personas que más nos necesitan. Una iniciativa que también forma parte de nuestro CARISMA. De esta reunión, fui a visitar a la joven Johanna en su familia en Simbock.
Fue un momento muy conmovedor para mí ver las condiciones en las que viven, ellos y su familia, una casa, sin ninguna comodidad, que parece ser sólo un refugio contra el sol y la lluvia!
Madre enferma, padre abrumado, a pesar de su estado de salud, con condiciones de vida desfavorables, Johanna creció allí. Continúa sus estudios secundarios en el liceo Mbalgon, su último año con mucha confianza en sí misma y el ánimo de sus familiares. Este día me pregunta: “¿tú también eres monja? Tan joven como eres? Le respondí que es la llamada de Dios, que es algo irresistible.
Estaba muy contenta de recibir a las consagradas en su casa y nuestra presencia era para ella un buen estímulo moral y espiritual.
Su alegría fue la mía y desde allí descubrí la alegría de nuestra presencia con los que sufren y su esperanza a pesar de su situación. Como que es cierto que sus condiciones de vida son difíciles, pero hay quien aguanta aún más en el día a día, así que todo lo que hace el buen Dios es bueno.