“Las palabras que les he dicho son espíritu y vida” y con todo algunos de ustedes no creen” Jn. 6, 63.
Las palabras tienen fuerza, crean. Recordemos el prólogo de San Juan: “al principio era la Palabra y la Palabra se hizo carne”.
Las palabras conectan mente y cuerpo, abren y cierra puertas, curan y dan vida. Las palabras se materializan, las palabras crean nuestra realidad. Todo lo que pensamos y decimos, lo creamos.
Por ello es importante tomar en cuenta lo que pensamos y decimos de nosotros mismos y de los demás.
Se cree que cuando hablamos mal de los demás, expresamos algo de nosotros mismos que está en nuestro inconsciente, nuestras propias sombras.
Lo que pienses y lo pronuncies en la mañana eso se manifestará en tu día.
Acojamos toda la maravilla que hay dentro y fuera de nosotros y dispongámonos a vivir cada día, creando felicidad y alegría.