EL RETIRO DEL 17 DE ENERO DE 2021 EN EL CENTRO THERESIANUM / KINSHASA

El tercer domingo del mes de enero participamos en el recogimiento con los Padres Carmelitas Descalzos que tuvo como tema: HOMBRE, IMAGEN DE DIOS (Gn 1, 26 & ss). Comenzamos este día de meditación con las alabanzas seguidas de la conferencia y lo terminamos con la celebración de la Eucaristía.

Para comprender mejor el tema, el orador del día ha dividido su enseñanza en dos sub puntos, a saber:

  • Sentirse amado y querido por Dios.
  • Imagen y semejanza de Dios en la actualidad de nuestra existencia.

En cuanto a la primera parte, que es sentirnos amados y queridos por Dios, el facilitador nos hizo comprender que Dios nos amaba incluso antes de que naciéramos (Jer 1, 5). Él es quien nos ha querido y creado, luego dijo que todo ser humano es necesario y útil ante Dios. La persona humana para Dios es como la niña de sus ojos. De ahí, la invitación a echar una mirada de Fe a Dios para descubrir su imagen en nosotros y darle gracias cantando sus maravillas. El padre terminó esta primera parte exhortándonos a mirar al ser humano como imagen de Dios, no a juzgarlo por las apariencias sin hacer un gran discernimiento; porque la persona humana es sagrada.

En cuanto a la segunda parte, que habla de la imagen y semejanza de Dios en el día presente de nuestra vida, el facilitador nos dijo que cuando nos miramos en un espejo, el espejo refleja nuestra propia imagen. Finalmente, es una parte exterior de nuestro ser. En el contexto de nuestro recuerdo, la Biblia nos habla de la imagen interna. Cuando Dios miró a Adán y Eva, se vio a sí mismo dentro de ellos. Su imagen era nítida, impecable, perfecta e impecable. Revela y coincide con la parte de sí mismo que inspiró al hombre. Es la parte de nosotros mismos que nos permite comunicarnos con Dios.

 

Hablar de “semejanza” es la capacidad de amar, de elegir, de tener relaciones, de dominar la tierra sabiendo que la tierra no es de nuestra propiedad privada, de obedecer, de ser creativos, dotados de la palabra de la misma naturaleza que Dios (sé lo que digo). Finalmente, Dios puso su gloria en y sobre el hombre para que lo conozca, lo ame y lo sirva de vida eterna a través de sus semejantes.

En conclusión, el padre nos invitó a abrirnos a Dios y a los demás porque el hombre es un ser social por naturaleza.

Queridas hermanas, este es el pequeño intercambio compartir para ustedes. ¡Hasta la próxima vez!

Hermana IKOLI Françoise

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