María

María de Magdala
Tú que sabes de espera,
de noche
de sed
de búsqueda
de ternura
de marginación,
de Pascua.
Tú, centinela del amado,
Discípula,
Compañera,
Hermana,
Tu, mujer del anhelo,
Enciende nuestra oscuridad
para reconocer las huellas de Jesús
en el dolor de la humanidad,
las llagas del crucificado
en el sufrimiento de nuestro pueblo.
María, sedienta de amor,
Contágianos tu sed,
tu osadía
para buscar al resucitado
en quien da la vida hoy.
Que no nos cansemos de
desterrar la noche,
el sinsentido, la soledad.
Que seamos consuelo y aliento
para quien llora la ausencia.
María, profeta de la esperanza
peregrina del Nazareno.
Que agudicemos el oído
para reconocer nuestro nombre
en la voz del Amor.
Que encontremos al Amado
en las voces de los pequeños,
en los heridos, en los descartados.
María, misionera,
Empújanos a anunciar
al Verbo que encendió tu vida.
María, líder de comunidades
partera de cristianos y cristianas.
Danos tu pasión para gestar comunión,
una Iglesia en la que todos nos sintamos
hermanos y hermanas,
compañeras de cruz y resurrección.

(Jacqueline Sothers, MDR)

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