Señor del amor radical, quieres que te entreguemos nuestro corazón entero no migajas, ni pequeñas dosis. un amor de centro y no de periferia Un amor de discípulas y no de espectadoras Un corazón dilatado Para encender un hogar universal Un corazón libre para sembrar en tierra nueva Un corazón arrodillado ante la vulnerabilidad del otro. Un corazón peregrino que moviliza nuestros pies y manos. Un corazón como el tuyo que se hermana con los pequeños y sencillos Un corazón amarrado a tus amores Tu Abbá El Reino Los pobres. Quieres que te sigamos en nuestras encrucijadas y desiertos incoherencias y vacíos Con nuestras preguntas y soledades. Con todo lo luminoso y débil de nuestra existencia. Ayúdanos a cargar nuestra cruz abrazando la tuya cargando la de los pequeños así florecerá la esperanza en las entrañas del pueblo. Amén. (Jacqueline Sothers)