PARA QUE TENGAN VIDA… ¡Y VIDA EN ABUNDANCIA! (Jo. 10,10-11)

Emprendedurismo con rostro de mujer

 

La vida es el bien más precioso que cada una de las personas recibimos gratuitamente y sin ningún merecimiento que podamos presentar para justificar este grandioso don. Sin embargo, las múltiples actividades en las que andamos ocupadas, en nuestras rutinas diarias, nos impiden de valorarla y estimarla en su justo valor. Solo cuando, por algún motivo, la sentimos amenazada por la enfermedad, el sufrimiento, las dificultades de varia orden, la echamos de menos y normalmente es para lamentarnos o hacernos víctimas de ella. Sin embargo, siempre hay alguien que rompe esta tendencia y sale de este esquema que nos paraliza y es capaz de marcar la diferencia con una nueva manera de enfrentarla y no rendirse, como dice poéticamente Mario Benedetti:

No te rindas, aun estas a tiempo / de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras, enterrar tus miedos, / liberar el lastre, retomar el vuelo.

No te rindas que la vida es eso, / continuar el viaje,
perseguir tus sueños, /destrabar el tiempo,
correr los escombros y destapar el cielo”.

Un grupo de mujeres que han tomado conciencia de la fuerza que les habita para no rendirse frente a las grandes dificultades que la vida les presenta, nos dicen, en alto y claro, a todas las personas que quieran oír, que son capaces, porque creen en ellas mismas cuando son apoyadas, de transformar y marcar la diferencias en sus vidas y en la vida de sus familias. Es lo que está aconteciendo en la implementación de un programa orientado a mujeres emprendedoras, en el Centro Social Flori de Mahotas.

El programa está orientado a mujeres de diferentes perfiles, casi todas marcadas por la exclusión social, por el desempleo, olvidadas por los padres de sus hijos, con pesados encargos de familias alargadas difíciles de suportar, pero todas ellas con la misma firmeza en su decisión y con el mismo coraje de “comenzar de nuevo, y perseguir sus sueños”.

Primero fue necesario comenzar por la capacitación de las habilidades a las que cada una se sentía más vocacionada en diferentes artes: de la costura, peluquería, cocina, agricultura e informática. El curso proporcionó los conocimientos que ayudaron a consolidar y valorar la natural inclinación y despertar la creatividad. La formación incluía también nociones de emprendedurismo, cómo orientar un pequeño negocio, cómo rentabilizar los recursos existentes y como proyectar con éxito una actividad económica.

Inspiradas por M. Ascensión nunca podríamos quedarnos por aquí, lo más querido por nosotras, era compartir con todas ellas, como Dios nos revistió como mujeres de valores y gracias, fruto de su amor sobreabundante y misericordioso, que están dentro de nosotras y que podemos descubrir y cultivar. Porque el proyecto de Dios es que tengamos una vida digna y la vivamos con abundancia y alegría. La auto estima, el valor de ser mujer, el compartir aquello que somos y tenemos, aunque sea poco, construye la fraternidad y una sociedad en la que se reconozca la dignidad de cada una de las personas, más justa y solidaria. Pero el momento más significativo fue la entrega del “kit”, de los materiales necesarios para iniciar el pequeño negocio a cada una de las participantes. Las manifestaciones de reconocimiento y alegría eran emocionantes porque salían de corazones de experiencias de mujeres ya muy zarandeadas por la dureza de la vida.

Acompañar este proceso es un desafío que nos anima a reconocer que los valores del Reino ya están presentes y nos impele a comprometernos para avivar la esperanza de que un día llegará a su plenitud.

Coordenadoras do Centro Social Flori.

Mahotas, Maputo

Outubro 2024

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