Ahí tienes el ” mar”,
inmenso, azul, acogedor, tormentoso
y en calma con sus aguas transparentes.
Apacible y tranquilo llama a la quietud.
La vida en sus aguas fluye silenciosa y fecunda.
En el mar, no hay certezas,
la inseguridad te acecha.
Navegar, transitar, viajar en el mar…
ahí no hay certezas,todo es agua que
fluye, se agita, te lleva.
Crecen los anhelos, aumenta la esperanza.
Los viajes traen en el horizonte la luz, la calma.
Lo que se vislumbra a lo lejos, ya se acerca.
El mar y el río de mi infancia, me vieron crecer.
Hoy, otros mares crucé, ellos me ayudaron a crecer.
Ha madurado la vida, en muchos lugares recé,
también en los barcos lloré
cuando la despedida en los rostros marqué.
La inmensidad y grandiosidad del mar
lleva a la contemplar la presencia del Creador.