SANTO DOMINGO DE GUZMÁN AMIGO DE LOS POBRES

Nos gustaría recordar la vida de nuestro padre, Santo Domingo, modelo, protector y amigo de los pobres.

Es importante porque nos ayuda a alabar a Dios y también a reflejar desde nuestras fuentes ¡qué rasgos de Santo Domingo traeremos hoy en nuestras realidades! Desde niño, su vida fue orientada en un espíritu cristiano y en la medida que fue creciendo, crecía en Él, también su compromiso con Dios. Recibió una educación profunda de su tío y desde entonces se puede decir que la oración, la contemplación, el gusto por el estudio, el compromiso apostólico, la predicación, el silencio y la compasión son pilares que nacieron desde un encuentro profundo con Dios. Domingo encontraba a Dios en los pobres, en los afligidos, en el trabajo, en el camino y en todo lo que hacía.

Nuestro padre Domingos comprendió que la verdadera predicación es aquella que debe partir de una opción por la dignidad de las personas, escuchando sus clamores o problemas. Así nació la frase. “De noche hablaba con Dios de las personas y de día hablaba de Dios a las personas”. Esto nos lleva a entender que Domingo llevaba a Dios todas las preocupaciones o situaciones que enfrentaba en el día a día, y a las personas llevaba el consuelo, la palabra del coraje, de esperanza y de luz. Esto quiere decir que Domingos siempre evangelizó con palabras y con su vida. Fue también un predicador humilde que supo asumir o reconocer sus dolores y sus fracasos.

Dedicó todo su tiempo a los pobres, y a ellos entregó toda su vida. En los viajes con su tío experimentó en los herejes una pobreza espiritual como material. Fue en este momento que descubrió que Dios le pedía empezar una nueva misión, decir que fue desde esta visión que nació la orden de los predicadores.

En este día tan importante no quería fijarme en la historia de santo Domingo que ya conocemos, sino que nos deberíamos preguntar ¿qué sentido nos da hoy la vida de santo Domingo como Misioneras Dominicas del Rosario, que optamos por los pobres?

Por los pobres prefirió vender sus libros; porque Domingos no predicaba solo con palabras, sino que su predicación partía desde su testimonio de vida, Por eso decía: “Contemplar y dar lo contemplado” Es decir: el predicador primero debe dejarse tocar por la palabra y después llevar a las damas el fruto de lo vivido.

Nuestro padre Santo Domingo nunca predicó fuera de la necesidad de los pobres, sino que Él también consideraba suyos los problemas, los gritos, el hambre, las desigualdades y mucho más. En su vivencia no se sentía bien tener montones de libros mientras que la gente muere de hambre… Como prueba de esta realidad nació su frase: “No quiero estudiar en pieles muertas mientras los hombres mueren de hambre”, es decir que en los pobres Domingo experimentó el amor infinito de Dios.

  • Por los pobres Nuestro hermano Domingo comprendió que no hay tarea que amar a los demás; Por los pobres caminó descalzo; Por los pobres Domingo llorando confió la vida de los pecadores en las manos de Dios.

Fr. Felicísimo afirma que Santo Domingo es el amor, porque Él vivió toda su vida en este misterio. Por eso dije: “tened caridad, guardad la humildad y la pobreza voluntaria.”

  • Además, Santo Domingo nos enseña que el verdadero amor se alimenta en la escuela de Jesús desde la compasión que significa “sentir con los otros”. Que cuando sentimos compasión somos capaces de sentir en la piel el dolor o el sufrimiento del otro, con paciencia y ayudar según nuestras posibilidades. La compasión de Santo Domingo implica asumir la condición humana con el dolor, sufrimiento, alegría y tristeza.
  • Podemos aprender que la opción por el voto de pobreza no significa no tener nada; sino el voto de pobreza nos remite a compartir lo poco que tenemos, quiere sea lo espiritual o lo material, con los que no tienen nada.
  • Desde estas enseñanzas podemos afirmar que los rasgos de nuestro padre Domingo son un legado que va muy de encuentro con nuestro carisma y esto nos lleva a renovar nuestro compromiso en las situaciones que más nos necesiten. Como Misioneras Dominicas  continuamos a decir que Santo Domingo continúa vivo en nuestras vidas y quiere nos invitar a que no nos sintamos indiferentes ante a la guerra, la violencia, la  injusticia, la mentira, la  falsedad,  la falta de  dignidad,  ante un mundo que enfrenta el  miedo de decir la verdad, un mundo donde los que tiene no saben  mirar las necesidades de los demás; es desde estos problemas que santo Domingo nos invita    a que seamos mujeres auténticas y encarnadas, seguidoras y predicadoras de la buena noticia, mujeres con el coraje de perder el miedo en la hora de denunciar la mentira. También nos invita a que estemos atentas y luchemos para que no nos dejemos llevar por esta gran   tentación de los bienes materiales y por las tecnologías y todas las dificultades que nos limitan.

Nuestro padre Domingos está con nosotras en la contemplación, en los estudios, en el silencio, en la oración y en los trabajos.  Y que nos enseñe a amar la misión como discípulas e hijas suyas capaces de anunciar y también de denunciar.

Nos enseñe a que seamos más amigas de los pobres y oprimidos; Mujeres con los ojos abiertos para ver más allá y que nada nos resulte ajeno o indiferente.

Como tu padre enséñanos a que nuestro corazón sea un espacio de acogida de los más necesitados, aumenta nuestra fe para que podamos entender el lenguaje de Dios en los acontecimientos de cada día.

Gracias, padre, por la protección.                                 

Aldaya   de agosto de  2024

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