BULA DE PROCLAMACIÓN DEL JUBILEO DE LA ORACIÓN DEL AÑO 2025

«Spes non confundit  – La esperanza no engaña» (Rm 5, 5)

  1. La esperanza es el mensaje central del próximo Jubileo.
  2. Pueda ser, para todos, un momento de encuentro vivo y personal con el Señor Jesús, «puerta» de salvación (cf. Jn 10, 7.9); 
  3. ¡Que el Jubileo sea, para todos, ocasión de reanimar la esperanza! La Palabra de Dios nos ayuda a encontrar las razones para eso.

TODAS: La esperanza no engaña, porque el amor de Dios fue derramado en nuestros corazones por Espíritu Santo que nos fue dado» (Rm 5, 1-2.5).

  1. La esperanza nace del amor y se funda en el amor que brota del Corazon de Jesús traspasado en la cruz y es siempre renovada y tornada imbatible por la acción del Espíritu Santo.
  2. La esperanza cristiana no engaña ni decepciona, porque está fundada en certeza de que nada y ni nadie podrá jamás separarnos del amor divino: «Quién podrá separarnos del amor de Cristo?  (Rm8, 35).
  3. Por eso mismo esta esperanza no cede en las dificultades: se funda en la fé y es alimentada por la caridad, permitiendo así avanzar en la vida. 

1.San Pablo es muy realista. Sabe que la vida está hecha de alegrías y sufrimientos, que el amor es puesto a prueba cuando aumentan las dificultades y la esperanza parece desmoronarse delante del sufrimiento. Y, sin embargo, escribe:

TODAS: «Nos gloriamos tambien en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce la paciencia, la paciencia la firmeza, y la firmeza la esperanza» (Rm 5, 3-4).

  1.  La tribulación y el sufrimiento son las condiciones típicas de todos aquellos que anuncian el Evangelio en contextos de incomprensión y persecución (cf. 2 Cor6, 3-10). Más, a través de la oscuridad, se vislumbra una luz: se descubre que la evangelización es sustentada por la fuerza que brota de la cruz y de la resurrección de Cristo. 
  2. Esto hace crecer una virtud, que es pariente próxima de la esperanza: la paciencia
  3. Nosotros nos habituamos a querer todo y ahora, en un mundo donde la prisa se tornó en una constante… La paciencia fue puesta en fuga por la prisa, causando grave daño a las personas, a las familias; Daí sobrevienen la intolerancia, el nervosismo e, por veces, la violencia gratuita, generando insatisfacción y aislamiento.
  4. En la era de la internet, donde el espacio y el tiempo son suplantados por el «aquí y ahora», la paciencia dejó de ser del hogar. Si aún fuésemos capaces de admirar la creación, podríamos comprender como es decisiva la paciencia. Esperar la alternancia de las estaciones con sus frutos; observar la vida de los animales y los ciclos del respectivo desarrollo.

TODAS:  Redescubrir la paciencia hace bien a nosotros mismos y a los demás. Frecuentemente San Pablo hace recurrencia a la paciencia para destacar la importancia de la perseverancia y de la confianza en aquello que nos fué prometido por Dios, pero sobre todo testimonia que Dios es paciente con nosotros.

1.EL es «el Dios de la paciencia y de la consolación» ( Rm 15, 5). La paciencia – fruto del Espíritu Santo – mantiene viva la esperanza y la consolida como virtud y estilo de vida.

TODAS: Por eso, aprendamos a pedir muchas veces la gracia de la paciencia, que es hija de la esperanza y, al mismo tiempo, su soporte.

  1. Este Año Santo orientará el camino rumbo a otra fecha fundamental para todos los cristianos: en 2033, serán celebrados los dos mil años de la Redención, realizada por medio de la pasión, muerte y resurrección del Señor Jesús.
  2. Estabelecer que, el domingo 29 de diciembre de 2024, en todas las catedrales y concatedrales, los Obispos diocesanos celebren la Santa Misa como apertura solemne del Año Jubilar.
  3. La peregrinación, desde la iglesia escogida para la concentración hasta la catedral, es la señal del camino de esperanza que, alumbrado por la Palabra de Dios, une a los creyentes.
  4. Durante el Año Santo se ejerce para que el Pueblo de Dios pueda acoger, con plena participación, tanto el anuncio de esperanza de la gracia de Dios, como las señales que atestiguan su eficacia.

TODAS: Que la luz de la esperanza cristiana llegue a cada persona, como mensaje del amor de Dios dirigida a todos.

1.Que la primera señal de esperanza se traduzca en paz para el mundo, más una vez emergido en la tragédia de la guerra. O Jubileo recuerda que serán «llamados hijos de Dios» todos aquellos que se hacen «obreros de paz» (Mt 5).

  1.  La necesidad de la paz interpela a todos e impone la presunción de proyectos concretos.
  2. Mirar el futuro con esperanza equivale a tener también una visión de la vida cargada de entusiasmo para transmitir y en muchas situaciones falta esta perspectiva. La primera consecuencia es la piedra del deseo de transmitir la vida.  Se existe en varios países a una preocupante caída de la natalidad.
  3. La apertura a la vida, con una maternidad y paternidad responsables, es el proyecto que el Criador inscribió en el corazón y en el cuerpo de los hombres y mujeres, una misión que el Señor confía a los cónyuges y a su amor.
  4.  En el Año Jubilar, seremos llamados a ser señales palpables de esperanza para muchos hermanos y hermanas que viven en condiciones de dificultad. Pienso en los presosque, privados de la libertad, además de la dureza de la reclusión, experimentan día a día el vacío afectivo, las restricciones impuestas y, en no pocos casos, la falta de respeto.
  5. A fin de regalar a los presos una señal concreta de proximidad, yo mismo deseo abrir una Puerta Santa en una prisión, para que sea para ellos un símbolo que los invite a mirar el futuro con esperanza y a un renovado compromiso de vida.
  6. Señales de esperanza han de ser oferecidos a los enfermos, que se encuentran en casa o en el hospital.

TODAS: Las obras de misericordia son también obras de esperanza, que despiertan en los corazones sentimientos de gratitud. Y que la gratitud llegue a todos los profesionales de salud que trabajan en condiciones, tantas veces difíciles.

  1. De señales de esperanza tienen también necesidad aquellos que, en sí mismos, la representan: los jóvenes.
  2. Muchas veces se ven desmoronar sus sueños. No os podemos desiludir: el futuro se funda en su entusiasmo. ¡Cómo es bello verlos irradiar energía, cuando voluntariamente arreglan las mangas y se comprometen en las situaciones de calamidad y malestar social! 

TODAS: Que el Jubileo sea, en la Iglesia, ocasión para un impulso a favor de ellos: con renovada pasión, cuidemos de los adolescentes, de los estudiantes, de los enamorados, de las generaciones jóvenes! Nos mantengamos cerca de los jóvenes, alegría y esperanza de la Iglesia y del mundo!

Hermana Deolinda Rodrigues

Lisboa – Portugal

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