Es con gran alegría y pasión que vengo a agradecerle por todo lo que has hecho en la vida de los hombres y mujeres indígenas, los jóvenes y los niños. Valoraste su dignidad e incluso cambiaste sus vidas.
Me enamoré tanto de su modelo de vida que hoy decido seguir su ejemplo. Tu sencillez, donación, amor por los demás, dedicación, pasión por la misión, disponibilidad, visión de futuro, comunicación, fortaleza, alegría, determinación, confianza y más, todos estos elementos te llevaron a lograr tu misión de estar con el pueblo. siéntate con ellos, escúchalos.
Fray Ramón, la verdad la misión no fue fácil, pero por la gracia de Dios y la confianza que tuviste lograste cumplir tu misión.
¿Le pido que me diga cuál es su capacidad o qué método aplicó para superar todas las dificultades que encontró en la misión?
Gracias por la labor misionera que hoy continúa siguiendo tus huellas y descubriéndote en la persona de los más necesitados.