IMPACTOS DE LA VISITA MISIONERA A MAMBONE

(2ª Parte)

Si bien fue obra del Espíritu, nos costó salir de nuestros alojamientos, tener que salir de las (comunidades) de siempre fue una odisea, pero cuando llegamos nuestra visión cambió. Fue una experiencia única, edificante, inolvidable donde nos impactó fuertemente:

  • La acogida de las familias hacia nosotros, como verdaderos niños con todos los cuidados, atenciones y detalles;
  • Muchas mujeres y algunos hombres dejaban sus quehaceres, venían al pueblo todos los días, después de caminar grandes distancias para acompañarnos;
  • Las celebraciones que hacíamos temprano en la mañana antes de partir, daban la sensación de que la misión que íbamos a llevar a cabo era de Dios;
  • La sed de Dios manifestada por la gente expresada en la atención y el interés por escucharnos;
  • Visitamos los hogares de familias cristianas y no cristianas y muchas familias se sintieron aliviadas con nuestra presencia y, al pasar, algunas pidieron oraciones y bendiciones.
  • Encontramos a muchas viudas que vivían solas con sus hijos y algunas mujeres luchadoras lloraban mientras compartían su dolor y sufrimiento;
  • Nos quedamos con la impresión de que estábamos tomando una experiencia viva. Sobre todo, impactó escuchar las historias de la gente viva, sencilla y trabajadora. Poder entrar en los hogares de las personas y compartir la vida con ellos y proclamarles a un Dios que Salva.
  • Sentimos que las personas sintieron una visita de Dios en sus vidas, durante el compartir la Palabra de Dios y la bendición de sus hogares.

 

Agradecemos a la Delegación CIRMO de Inhambane por brindarnos esta oportunidad única. Valoramos positivamente la experiencia y todos nos sentimos verdaderos misioneros. Nuestra mirada conjunta como Iglesia sinodal y como Vida Religiosa en la Diócesis de Inhambane es una fuerza y esta memoria nunca se borrará de nuestras vidas.

Inhassoro, septiembre de 2024

Hermana María Mulima

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