EN EL ANIVERSARIO DE LA BEATIFICACIÓN DE M. ASCENSIÓN
- Hnasmdro
- mayo 13, 2024
- Experiencias MDR
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“Díganles que vayan a Galilea, allí nos encontraremos”
En este mes de mayo hace 19 años que fue beatificada M. Ascensión. Y hace 109 que llegó a Maldonado. Al hacer memoria de estos acontecimientos, ella se hace presente de nuevo en nuestra vida; recordamos algo de su trayectoria…
La reflexión en la liturgia de este tiempo (después de Pascua), recuerda la vida de Jesús, su ausencia y su presencia entre los apóstoles y en las primeras comunidades cristianas, llenas de incertidumbres así como nuevas seguridades; todo fue propio del comienzo de la vida de la Iglesia y de todo recorrido de nueva vida y camino hacia el Reino.
La nueva presencia de Jesús resucitado, con los apóstoles, después de la desolación que les causó su muerte, y aún la noticia de su nueva vida, fue un desconcierto para el grupo, que no sabían cómo entenderlo, ni cómo reaccionar. Jesús encargó a las mujeres que les dijeran que fueran a Galilea, allí le encontrarían.
¡Galilea! Volver a la primera experiencia humana de Jesús, un lugar humilde, donde se hizo el anuncio y comienzo del nuevo Reino, ahora sería el punto de “partida” para extender la promesa de Dios al mundo.
- Ascensión, junto con las primeras hermanas, en Maldonado, arrancó un nuevo tiempo, con dudas e incertidumbres, no solo para nosotras, sino para el conjunto de la Vida Religiosa Misionera femenina, custodiada entonces dentro de los monasterios, desde donde daba su particular aporte a la Iglesia.
Había que acercarnos más a la humanidad, aunque esto suponía dejar atrás muchas cosas; abrir “la puerta”, para salir hasta los pobres que nos necesitaban e insertarse en el mundo. M. Ascensión guió nuestros primeros pasos en este sentido, con una salida hasta la selva Amazónica, primero, y sin detenerse allí, llegar a pueblos lejanos, que junto con misioneros, que ya habían comenzado hacía mucho tiempo la evangelización, pero faltaba el aporte femenino que era fundamental para apoyar, integrar y completar el anuncio del Reino, tal como lo había hecho Jesús.
Aparte de las muchas dificultades y anécdotas que escuchamos de estas primeras experiencias en Maldonado, lo más importante es que allí se forjaron, a la vera de M. Zubieta y M. Ascensión, los fundamentos para nuestra Congregación que a pesar de los cambios y constantes adaptaciones necesarias, hoy son todavía el fundamento de nuestro ser de Misioneras Dominicas:
-La clarificación de NUESTRO CARISMA MISIONERO
-Una nueva experiencia de Dios, como la percibió M. Ascensión: ”Nunca sentí a Dios tan cerca como en Maldonado”.
-La profunda y determinada OPCIÓN POR LOS POBRES
-La clarificación de necesidad y estilo de organización de la COMUNIDAD MISIONERA.
-La inmensa responsabilidad y dedicación a la PROMOCIÓN DE LA MUJER
-La responsabilidad de nuestro apoyo a la IGLESIA MISIONERA
-La riqueza de conocer, asumir y valorar otras CULTURAS
-La urgencia y riqueza DE CONVIVIR con diferentes grupos y razas, sintiéndonos más integradas en una nueva humanidad.
“Y Jesús les dijo: vayan por el mundo a anunciar el Evangelio….”
Cecilia Valbuena