La educabilidad en el ser humano es un proceso que no termina hasta que su vida se acaba, en la realidad cotidiana se comprueba el anhelo de la Beata Ascensión Nicol de crecer junto a los otros y aprender con ellos. Con los niños y niñas más vulnerable de la Amazonia Boliviana, se hace camino solo con el lenguaje del amor, para ellos todo es valioso desde un simple saludo hasta la alegría de realizar una tarea concreta.
Con ellos se aprende a mirar la vida con sencillez y alegría, la recompensa de la dedicación esta cuando alcanzan el logro de una tarea determinada. En el camino se descubre que el Tesoro está presente en las sonrisas, en el abrazo en el pedir ayuda para realizar las tareas, la enseñanza en mutua.
Desde la realidad de la niñez, se reconoce a Jesús pobre y sencillo que anuncia la Buena Noticia, que camina junto a los más pequeños, que nos invitan a extender su Reino, hoy en estas tierras amazónicas.