El trabajo es muy bonito, cada mes caminamos de lugar en lugar por 11 comunidades que conforman la zona 49. La respuesta de los/las jóvenes es muy generosa: dan su tiempo y lo mejor de sus capacidades y talentos. En cada encuentro tenemos espacio para dos momentos de oración, desarrollamos temas de formación programados y otras inquietudes de los jóvenes, celebramos la liturgia, luego se comparte el almuerzo, y a veces se termina con deporte.
Algunas de las actividades que realizamos son económicas, dos vigilias al año, concurso de canto y música, encuentros con otras zonas, un paseo al año. Los jóvenes siempre están dispuestos a acoger lo nuevo que se les pueda ofrecer para mejorar en su compromiso. Reciben visitas de otras personas y hermanas que quieran venir a compartir experiencias. En esta zona los jóvenes, se caracterizan por su pasión por el canto y la música cristiana como medios para evangelizar y hacer tomar conciencia a nuestros pueblo de la defensa del medio ambiente. Animan la liturgia y otras celebraciones, y con dinámicas los encuentros juveniles y las reuniones de catequistas.
Los Catequistas son personas muy comprometidas en nuestra Iglesia y en su pueblo, se preparan tres años por el Vicariato, para luego asumir la misión de celebrar la liturgia cada domingo en su comunidad, se preparan para los sacramentos, apoyan a los grupos juveniles.
Al compartir todo esto, me siento bendecida por El Señor y por todo cuánto me permite dar y recibo en esta misión.