La navidad es el encuentro con el niño que nace, es un signo de Esperanza, de renovación personal y comunitaria.
De hecho la navidad nos recuerda que nadie debe ser excluido de la fraternidad humana. El hijo del carpintero que ofrece su vida en rescate de muchos que prefiere “servir, y no ser servido” y dar vida, y dignidad a todos los crucificados de este mundo. Incluso para los que no son cristianos.
La navidad es también el día de la esperanza nueva, de un nacimiento nuevo, de una nueva fecundidad de la tierra. De hecho despierta en nosotras muchos sentimientos: alegría, paz, armonía, generosidad, fraternidad, gratitud al niño Jesús que nos ha revelado su inmenso amor.
Lo hemos vivido como una verdadera fiesta de familia, donde no hay fronteras, ni limites, ni divisiones, y verdaderamente especial para los descartados como nos recuerda el Papa Francisco.
Que en esta navidad y en este nuevo año que empieza, en todas sus expresiones sea un verdadero signo de Esperanza, en un destino común, como una sola familia en Cristo Jesús que nació para que” tengamos vida, y vida en abundancia”, y que en cada día busquemos reconocer su rostro en cada uno que se acerca a nosotras.
Os deseamos un año nuevo bendecido y lleno de paz.
Hermanas de la comunidad Ascensión Nicol, Luanda (Angola).