Tú naces en donde nadie quiere ir En los límites de nuestros miedos En el margen de la cordura En la periferia de nuestra inseguridad En el borde de lo imposible. En el grito ahogado del inocente. Donde se abraza la justicia y la paz Donde se silencia la metralla.
Naces en la esperanza acunada en los pies heridos del migrante en el pavor de la mujer violentada en el pueblo oprimido y reprimido.
Naces en toda vida que palpita en los brotes que despuntan en las comunidades organizadas en los que oyen el grito de la tierra en los que son permeables al dolor.
Que sepamos acunarte Acogerte, abrazarte y amarte en la sed de amor de todo ser humano en el anhelo de paz de todo corazón. Amén.