Para ser reyes y reinas necesitamos una sola cosa: vivir desde la autenticidad.
Jesús siendo auténtico, siendo verdad, es verdadero Rey.
Lo que nos pide nuestro verdadero ser es ponernos al servicio de todo aquel que nos necesite, sin imponer nada a los demás
Jesús dice: soy rey, así nos indica que todo el que se identifique con él, será también rey. Esa es la meta que Dios quiere para todas las personas.
“Rey de poder solo puede haber uno. Reyes servidores debemos ser todos”. Se trata de un Reino donde todos y todas nos sintamos reinas y reyes.
Jesús predica un Reino de Dios del que nadie queda excluido.
Jesús nos dice que el Reino ya está aquí, no hay que esperar. Está entre nosotros. No se trata de preparar un reino para Dios, se trata de un reino que es Dios. Se trata de hacer visible a Dios entre nosotros, siendo lo que tenemos que ser.
Nuestro esfuerzo de identificar a Jesús con el poder y la gloria es una manera de justificar nuestro afán de poder.
Jesús nos invita a vivir la autenticidad de nuestro ser, todo lo que aparenta ser lo que no es, es falso.