La Buena Noticia Mc 10, 2-16
La base para el matrimonio es el amor. El amor consiste en sacar toda la capacidad que cada uno tiene para darse al otro, sin esperar nada a cambio.
Para eso, necesitamos estar llenos, ser abundantes en el amor, no carentes, porque no se puede dar lo que no se tiene.
Equivocadamente buscamos la media naranja, olvidándonos que si no somos completos no será posible dar amor, por lo tanto, no sabremos tampoco recibirlo.
Si buscamos una apareja pensando que llenará nuestra “soledad”, vacíos, y carencias afectivas, fracasaremos.
Esto nos lleva a un gran compromiso: sanar las heridas, vacíos y miedos, porque nadie lo puede hacer por ti, solamente tú mismo.
El amor es una relación de dar y recibir, entre iguales. No de sumisión. Jesús nos enseñó que es tan malo someter al otro, como dejarse someter.
En nuestra iglesia tenemos el sacramento del matrimonio, pero si en una pareja no hay amor mutuo y auténtico, no puede haber sacramento.
Solo si hay verdadero amor hay sacramento.
Lamentablemente hasta hoy se comete tantos abusos dentro del matrimonio y quizá haya más abuso sexual dentro del matrimonio que fuera, se olvidan que la sexualidad es cosa de dos.
(Naroa Andino Granja)