Jesús nos invita y nos motiva a buscar el primero puesto. El primer puesto para servir, para amar, para escuchar, para comprender, para perdonar…
Todos debemos aspirar a ser los primeros en gratuidad. Y no solo los primeros, sino también los “únicos” en agradecer más que en pedir, en agradecer más que en quejarnos, en agradecer más que en mirar lo negativo del otro, en agradecer más que en centrarnos en lo que nos falta…
Ir hacia dentro, soltar lo viejo para dejar espacio a lo nuevo. Como dice Felicísimo Martínez “dejar ir para dejar venir”
Cuando vivimos desde la gratitud, nos damos cuenta de la abundancia que hay en cada uno, que no nos falta nada, que lo tenemos todo; solo que no lo vemos, porque estamos enfocados en lo que queremos, sin permitir que la vida fluya y deje a su paso lo que realmente necesitamos.
Hay algo que no podemos olvidar: si queremos ser los primeros, debemos ser los últimos en egoísmo.
Jesús pregunta ¿De qué discutían por el camino? Jesús busca que expresen sus sentimientos más íntimos, para desde ahí transformarlos. Porque, somos energía esperando ser encausada para el bien y la vida.