Mi nombre es María Eras, casada tengo tres hijos. Para mi participar en los huertos ha sido importante, conocer nuestra tierra, prepararla, abonarla, colocar la semilla, luego cuidarlas para poder cosechar, todo un proceso, la naturaleza nos enseña a practicar la virtud de la paciencia. Pero finalmente cosechamos nuestra verdura para nuestra familia, para la comunidad. El contacto con la tierra alimenta nuestro cuerpo y nuestro espíritu.
Soy Beatriz Mora, mi experiencia en los huertos urbanos familiares ha sido muy bonita, he aprendido cómo hacer los semilleros, cómo aprovechar los espacios para hacer un huerto en mi casa. En este tiempo de pandemia me ha ayudado a distanciarme de mis preocupaciones y ansiedad, he salido de ese encierro y he compartido con mis vecinas momentos agradables y distendidos.
Soy Nieves, de nacionalidad española hace 3 años vivo en Ecuador, casada tengo un hijo. Siempre me gustó trabajar la tierra, desde niña tuve curiosidad de saber de dónde provenían las frutas y verduras, es bonito como poco a poco y bajo muchas adversidades crecen y crecen, sin embargo, con la nueva experiencia de meterme a fondo en esta aventura del huerto en común con otras personas, me ha hecho sentirme muy bien, ya que estoy aprendiendo más como hacer una siembra, preparar el terreno y ver cómo da fruto, ¡es algo maravilloso!
Gracias de corazón por permitirme vivir grandes emociones, sintiendo la tierra como cubre y envuelve a las semillas, para hacerlas germinar y crecer”.