El misterio de la trinidad según los teólogos es lo más difícil de comprender. El dogma o misterio de la trinidad se hizo desde la razón, desde la filosofía como todos los aspectos de la época.
Quizá hoy nos ayude más si tomamos conciencia de que Dios está totalmente en todo y en todos. Dios está en todo lo creado, por el mero hecho de existir está traspasado por Dios, por la VIDA.
Dios hizo a la persona a su imagen y semejanza, pero luego son las personas las que se van “haciéndose” a sí mismas, desde sus opciones diarias. Algunas más en sintonía con el amor que recibimos de Dios, otras al margen de Él.
Lo que dificulta el camino de la fe es que también vamos fabricando a Dios a imagen y semejanza nuestra.
Somos tan finitos que sin Dios no sería posible la existencia. Al existir nos damos cuenta que somos más de Dios que de nosotros mismos, y cuando al final dejemos nuestro cuerpo (nuestro caparazón) seremos más plenamente divinos.
La invitación es a descubrir lo que Dios es para nosotros. La fidelidad de Dios es el fundamento para nuestra actitud como seres humanos.
“Aprende a plantar tu jardín y a decorar tu alma, en lugar de esperar a que alguien más te traiga flores”. Borges.