Los discípulos están reunidos, Jesús aparece en el centro, dando unidad, consistencia y seguridad al grupo.
Jesús no ingresa por ningún lado, aparece dentro de la vida, no fuerza de ella. Es ahí donde también hoy está presente.
El saludo de paz hace que todos pierdan el miedo. Este saludo les ofrece paz para el momento y el futuro de la misión, que ahora toma mayor fuerza y consistencia.
Los discípulos al recibir el saludo de paz pierden el miedo a la muerte, porque saben que la verdadera vida nadie les puede quitar. Porque la vida que Jesús les comunica es definitiva, es eterna.
Jesús muestras las manos y sus llagas como evidencia de que el Crucificado es el Resucitado.
Las señales de su muerte aún presentes en su cuerpo, indica la permanencia de su amor para con tod@s. Su amor no se terminó en la cruz, su amor vence todo mal.
Nuestra alegría por la resurrección de Jesús tendrá sentido cuando vivamos nuestra vida como la vivió Él.