Hoy Viernes Santo, la realidad que estamos viviendo (enfermedad, tristeza, incertidumbre, muerte, miedo, impotencia, cansancio, crisis en el horizonte…) y las realidades de dolor y sufrimiento del mundo que ya conocíamos, nos pueden llevar a sentirnos superadas, invadidos por la desesperanza y la falta de sentido… estamos y nos sentimos a la intemperie, muy frágiles y un poco perdidos.
Es el momento de buscar más si cabe, tu rostro, Señor. Buscar significa atravesar el miedo, volvernos a ti, contemplarte y confiadas, dejarnos traspasar por la Vida que brota desde la cruz.
Busquemos al Dios de los consuelos, no sólo los consuelos de Dios: al Dios presente también hoy en medio de esta difícil situación; al Dios que habita nuestras casas, comunidades, y nuestros barrios, al Dios escondido en los pobres y excluidos y al Dios desahuciado de la Casa Común.