NO A LA VIOLENCIA FAMILIAR

Este es el tema principal de un cartel de comunicación visual elaborado por la Conferencia Episcopal de Camerún y que encontré en nuestro centro de salud desde septiembre. Al no haber estado allí durante la colocación de éste, desconozco las circunstancias en las que la CEC difundió tal mensaje que además se encuentra en pleno ambiente hospitalario. Rápidamente, encontré la respuesta a mis preguntas durante las ricas enseñanzas del Padre André Marie-Kegne en el retiro del personal la Navidad pasada. A esto se suma el entusiasmo con el que la joven Postulante Marie-Edith edifica a los pacientes todos los días en torno al tema mencionado anteriormente. Es que, y esto es sabido por todos: la violencia puede surgir en el corazón del hombre desde los primeros meses de su vida en el útero si es objeto de un rechazo ya sea de su madre, bien de su padre o de ambos. Durante mucho tiempo en África, las familias se comportaron como si el papel del padre en el desarrollo del niño fuese opcional y, sin embargo, la historia de los pacientes de las unidades psiquiátricas en los hospitales, los inquilinos de los entornos penitenciarios o simplemente los perpetradores de violencia en la vida cotidiana demuestran suficientemente que se trata de un grave error. ¿Entonces qué hay que hacer? Fomentar una mayor presencia de hombres junto a sus esposas en los controles prenatales y ¿quién sabe? Hasta acompañar el parto como ya es habitual en Occidente. En nuestro contexto, algunos escenarios merecen atención:

  • En nuestra sala de ecografías, podemos estimar la tasa de hombres que participan en la sesión de ecografías es un 15%. En general, se trata de momentos enriquecedores como  maravillosos para los padres que tienen una pantalla para seguir y participar en todo el proceso del examen.
  • La presencia de hombres en Maternidad durante todo el trabajo de sus esposas hasta que abandonen la Maternidad.
  • La presencia de hombres cargando a sus bebés para la vacunación …

Fomentar estos pequeños pasos, animar a los padres a preservar la comunicación activa con  el feto … también es una forma de garantizar el respeto mutuo en las relaciones familiares donde la violencia va dando paso paulatinamente a la paz, en las familias y por extensión, en todo el país. Agradezco mucho al episcopado camerunés por este fuerte mensaje a  favor de la paz.

Hermana Carine.

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