Plegaria de un náufrago

“Cuando yo encomendaba mi alma a Dios y me despedía del mundo, me vi sentado sobre la canoa, sin poder comprender todavía cómo pude realizarlo”

“En mi angustia grité a Yahvé, pedí socorro a mi Dios; desde su templo escuchó mi voz, resonó mi socorro en sus oídos” (Sal 18, 7)

Desde lo hondo
grito a ti Señor,
desde el dolor
y la impotencia.
Sumergido en las aguas
del río Coñec
el remolino me envuelve
con su fuerza.
Pienso en mi interior
¿Qué será de los nativos
víctimas de tantos abusos?
¿Qué será de nuestras misiones?
¿Qué será de nuestra querida
Amazonía?
La mirada de Fr José,
despidiéndose y pidiéndome que lo
absolviera
no la olvidaré jamás
Ofrendó su vida en las
aguas del amazonas y su cuerpo
fue acogido por el vientre de esta
tierra sagrada.
La torrentada
nos arrebató a nuestros mejores
compañeros de travesía.
Pero tú Señor, me rescataste,
me salvaste de las aguas profundas,
me tomaste de la mano
y me devolviste a la vida.
Mi corazón dolorido te alaba
agradecido.

Amén.

 

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