“Vea pues si los misioneros no tenemos motivos para quejarnos y protestar contra tanta iniquidad, contra ese comercio de carne humana y el tráfico de compra y venta de mujeres y niños”
“Oíd esto, los que explotáis a los menesterosos, y arruináis a los pobres de la tierra” (Am 8,4)
Señor de la justicia, amigo de los pobres, de las mujeres y de los niños. Te suplico por tus hijos/as de la Amazonía Que son pisoteados y explotados, heridos en su dignidad esclavizados, obligados a trabajar en los gomales asesinados, desintegradas sus familias, robados sus hijos, prostituidas sus mujeres. Mi alma se entristece hondamente al contemplar las humillaciones y afrentas que sufren día tras día. Su clamor sube hasta ti Dios de los pobres. Haz justicia a mis hermanos/as Protégelos, Defiéndelos Derrota a los opresores, Confunde a los que engañan y negocian con los nativos, a los que lucran con el sufrimiento humano. Dame la valentía de los profetas, para denunciar estos crímenes, la audacia de Montesinos y Bartolomé de las Casas para protestar y defender la vida de cada uno de los nativos/as. Tú, mi fortaleza y descanso.