“La mujer nativa es inteligente y cuando se educa en su niñez adquiere los hábitos de la moralidad de manera sorprendente”
“La tomó de la mano y le dijo: «Talita cum», que significa «¡Niña, levántate!”. (Mc 5, 41)
Te alabo Señor de la ternura por tu cercanía liberadora. Gracias por las mujeres que has puesto en mi vida Mi abuela, devota de la Virgen del Yugo. Ramona, mi madre adorada. Roca, mi buena hermana. Tía Catalina, mi consejera. Doña Carmen, madre de los misioneros. Ascensión Nicol, amiga y compañera de proyecto, Paz, Visitación, Candelaria Aurora y Angela, y cada una de las misioneras que sintonizaron con el sueño de educar a los niños/as amazónicos. Gracias Señor por las niñas y mujeres nativas, por su fortaleza e inteligencia. Te alabo Señor por las mujeres porque ellas son germen de transformación. Gracias Señor por las misioneras que respondieron generosamente al llamado de la selva. Sólo ellas pueden penetrar en el corazón de la mujer amazónica y revelarles su dignidad. Sólo ellas con su bondad y paciencia pueden despertar sus mejores dones y liberarlas. Sólo ellas pueden anunciarles al Dios del amor. Madre del Rosario, Intercede por tus hijas dales mucho ánimo y fortaleza para que no desmayen en la misión que tu Hijo bendice y ama. Amén.