“Yo me hallo muy bien por aquí, ahora que ya poseo el idioma a lo menos para entenderme con ellos, se goza de más tranquilidad, aunque haya más trabajo” (I.T)
“Pero llevamos este tesoro en recipientes de barro, para que aparezca que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no de nosotros” (2 Cor 4,7)
Te doy gracias Dios de la Vida por enviarme a esta isla, por la belleza de sus flores y la diversidad de sus bosques y montañas. por las manos que cultivan el arroz por la cercanía y la hospitalidad. del pueblo sencillo, por la tierra fértil de sus corazones. A ellos deseo evangelizar. Dame oído atento para escucharlos, aprender de ellos, pronunciar sus palabras, hablarles en su lengua, y conseguir su amistad. Gracias por los quince niños que tenemos en la escuela, ellos serán semilla de transformación. Hay muchas costumbres de los Calingas que no entiendo y no puedo aceptar. Dame tu luz para hablarles al corazón y abandonen la violencia. Te ofrezco esta misión, sólo tú le das fecundidad. Que ni la tifoidea, ni la contradicción, ni la persecución, consigan desanimar mi deseo de anunciarte, construir pueblos nuevos, y formar personas de bien.