TRABAJO MISIONERO EN MEDIO DEL COVID 19
- Hnasmdro
- enero 11, 2021
- Experiencias MDR
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MILANGE 2020
Iniciamos EL año 2020 con mucha esperanza, celebrando con alegría en el mes de Enero las Bodas de plata dela hermana Jennyfer Mokomba. Agradeciendo a Dios El Don de la vocación misionera, un Don de Dios vivida en una comunidad inntercultural de tres continentes, al servicio de los más pobres, en esta tierra de Caombe alrededor del pueblo de Milange. Vivemos esta experiencia de Acción de gracias a Dios, acompañada por las comunidades cristianas de nuestra zona, por los Padres Capuchinos y nuestras hermanas Misioneras Dominicas que viven en Quelimane.
CENTRO SOCIAL “BAMBO RAMÓN”
Este Centro lleva el nombre de nuestro Fundador Ramón Zubieta, quien nos inspira a través de su ejemplo y testimonio de vida misionera en la valorización de la mujer. Razón por la cual apostamos en la formación de las mujeres.
Al final del mes de enero terminamos un curso intensivo de formadoras de la costura, una iniciativa que nace por la situación de las chicas y mujeres de nuestra zona que son dependientes, con matrimonios prematuros y embarazos precoces, analfabetas, con muchos hijos muy seguidos y los huérfanos de sus familiares.
Nuestro sueño es preparar formadoras de salud y de la costura para formar a las mujeres en su propia lengua, y en su propia comunidad, estas formadoras van a enseñar confeccionar ropa de sus hijos, saber cuidar a los/as niños/as en su responsabilidad. Formar monitores para acompañar a la niñez con dificultad en los estudios y para la infancia misionera. Continuar la formación de las formadoras en las comunidades periféricas y acompañar a las que fueron formadas en los años anteriores.
“LOS CAMINOS DE DIOS NO SON NUESTROS CAMINOS”
Nuestro sueño para este año duro poco. En el mes de enero y febrero trabajamos con algunos grupos: Monitores de la Infancia Misionera, chicas que buscan el sentido de su vida y con las familias de los huérfanos. A partir de marzo todo quedó paralizado.
La pandemia de COVID 19 que llegó en marzo a Mozambique, nos exige parar obligatoriamente: Nueva forma de ver las cosas, nueva forma de vivir. Todo nuevo. ¿Cómo integrar esta pandemia con nuestros sueños? ¿Cómo acompañar y vivir el estado de emergencia en medio de un pueblo que vive día a día para comer? Un pueblo que tiene que recorrer grandes distancias para conseguir agua. Entre los pocos medios de comunicación son las reuniones dominicales en la parroquia y las capillas sobre todo en las zonas rurales. ¿Qué hacer si toda esta paralizado? ¿Qué quiere Dios con esta nueva situación? ¿Cuáles son los caminos a seguir?
ACEPTAR LA NUEVA REALIDAD CON ESPERANZA “HACER UNA LECTURA DE FE”
Las orientaciones son universales: lavar las manos, distanciamiento físico, utilización de mascarillas, etc, ectc, pero cada realidad es diferente. En las ciudades pueden hacer esfuerzo para conseguir cumplir con las orientaciones, pero en los barrios suburbanos y en la zona rural es muy difícil porque no disponen de los servicios básicos sobre todo agua y luz, red telefónica e internet. Los pocos medios de comunicación son radio, y los encuentros semanales de las iglesias.
Por otro lado agradecemos a Dios que el virus llegó más tarde, dando tiempo al Gobierno para preparar y controlar rigorosamente las fronteras terrestres y aéreas, preparando física e psicológicamente al personal de Salud y un trabajo preventivo muy intensivo porque no tenemos medios para enfrentar esta enfermedad. Esta medida ayudó a controlar la enfermedad en las provincias, centralizando en la capital. Durante todo o año se registró unos 18.000 contaminados y 160 óbitos, para una población de 32 millones de habitantes.
¿Qué hacemos?
- Motivamos a las familias para rezar en sus casas.
- En casa elaboramos mascarillas para nuestros vecinos y las mujeres que venden en el mercado.
- Charlas educativas sobre cómo prevenir la enfermedad a todas las personas que piden viajar con nosotras hasta el pueblo. Todas las mañanas una persona traduce antes de subir al carro. A la llegada del pueblo reforzamos la charla
- Motivamos para lavar las manos y el uso de mascarillas a todas las personas que llegan a nuestra a casa.
- Hacemos una lectura de Fe, de los acontecimientos que vivemos diariamente para mantener la confianza y la esperanza en Dios.
EL HAMBRE NO ESPERA
Las mujeres da nuestra zona salen todos los días al mercado para vender sus verduras e comprar o que será a comida del día. Con o su hijo en la espalda, arriesgan su vida. No tienen alternativa. ¿Morir de hambre o morir de covid?
Los pobres con los pequeños huérfanos y desnutridos, no saben las restricciones del estado de emergencia. El hambre no espera. Por eso mantenemos encuentros personalizados con números limitados para acompañar las familias de los huérfanos.
En este año a pesar de Covid-19 conseguimos apoyar y dar seguimiento a ocho familias con niños menores de dos años internados en la Enfermaría de Pediatría con desnutrición grave, varios bebés internados en Neonatología, uno de ellos huérfano de madre, apoyamos con leche y ropa.
En nuestra casa también apoyamos una familia con bebé huérfano de madre, dos familias de gemelos y dos familias que nacieron tres bebés. Controlamos el peso mensual del bebé y orientamos su cuidado de forma adecuada.
En los meses de noviembre y diciembre abrieron las medidas de restricción, por ello conseguimos hacer algunos encuentros de formación y compartir sus propias experiencias, esto ayuda a fortalecer sus compromisos. En la formación reflexionamos sobre la paternidad y maternidad responsable, la necesidad que los/as niños/as tengan un buen ambiente para crecer y los cuidados que deben tener, los responsables aprenden hacer coladas enriquecidas.
Los/as niños/as con más de seis meses y menores de cinco años con bajo peso para edad, elaboramos y entregamos harinas enriquecidas. Fueron beneficiadas 14 familias en este año.
Continuamos acompañando y motivando el consumo de leche de cabra para las coladas. Ocho familias se beneficiaron de cabras para leche de los bebés, Aquí no tenemos vacas.
Todas estas señales de proximidad a los empobrecidos, lo hacemos gracias al apoyo moral, espiritual y económico de las personas de corazón generoso que saben compartir con los hermanos que no conocen. Este gesto voluntario y desinteresado solo puede venir de Dios cuando llega a las familias beneficiadas hacen sentir su Presencia. Por eso agradecemos de todo corazón a todas las personas que pusieron su granito de arena para dar esperanza y felicidad a estas familias, de hacer presente la Navidad. Agradecemos de manera muy especial a los hermanos de PROSAC SAN SEBASTIAN. Dios les bendiga abundantemente a sus familias y su trabajo. Que este nuevo año 2021 sea mejor para todas las familias, libres del covid19 y lleno del Amor de Dios.
Hermana Fanny Caiza
Misionera Dominica del Rosario
Milange, Mozambique