LA IGUALDAD DEBE COEXISTIR CON LA DIVERSIDAD

Soy María del Carmen Cahuec Ixtecoc novicia guatemalteca, ahora en Sábana Perdida, República Dominicana. En este primer año de noviciado he tenido la oportunidad de participar en la Escuela de Formación Política Mamá Tingó, la cual acompaña a jóvenes líderes comunitarios brindándoles espacio de reflexión en temáticas que ayudan a analizar la realidad social desde una conciencia crítica constructiva, siendo acompañada por mi hermana de comunidad Marisa Folgado. Por la situación de pandemia del covid-19 las clases fueron virtuales dos días a la semana, dos horas al día.

 

Para mí, desde el inicio, ha sido una experiencia de compartir, ya que participamos varios jóvenes entre los cuales poseían discapacidades físicas, intelectuales y auditivas (para las cuales se tenían intérpretes de señas) pertenecientes a diversas organizaciones como por ejemplo LGTBIQ, jóvenes feministas, Cimudis, Profamilia, Acopro, vida religiosa, testigos de Jehová, gente joven comprometida con su barrio desde el trabajo en organizaciones que defienden y reivindican los derechos humanos.

 

El compartir desde nuestras experiencias comunitarias y personales, es una de las características de la escuela, en las sesiones las y los facilitadores iniciaban el tema desde el conocimiento de las y los alumnos, siempre fue un espacio de diálogo desde diferentes perspectivas. Los materiales que nos mandaban estaban adaptados al grupo (como por ejemplo los videos que se subtitulaban). Después de cada sesión también compartía en comunidad un poco sobre el tema visto.

 

Al finalizar los módulos, de lo reflexionado nos fuimos a la praxis, realizando círculos de estudios de base (CEBs) donde compartimos algunos temas vistos como: ideología y política con enfoque de liderazgo, pobreza o empobrecidos con enfoque en derechos barriales, género y patriarcado, y por último identidad y afrodescendencia. En cada tema fue un compartir desde lo que cada joven aportaba, pudiendo así compartir un poco de lo que recibimos.

 

Parte de todo esto también me ha llevado a aprovechar los espacios que tengo para dialogar estos temas con personas con las que coincido en los medios de transporte, haciendo preguntas sobre qué piensan de tal o cual realidad de las personas, preguntas que llevan a pensar en algo más de lo que se nos ha dicho.

 

Después de meses compartiendo en la escuela de manera virtual, pudimos realizar el cierre presencial donde nos conocimos personalmente, espacio de compartir, de encuentro. Muy provechoso para cerrar los temas y continuar con la praxis que nos queda ahora después de todo lo que hemos reflexionado.

 

Estas y muchas cosas más me han permitido una reflexión compartida de la realidad social que vivimos no solo en Dominica si no a nivel mundial, desde una perspectiva crítica constructiva, al igual que de las diferentes realidades que viven las personas con alguna discapacidad, personas de la comunidad LGTBIQ, darme cuenta que es necesario una mirada amplia donde puedan entrar verdaderamente todas las personas. Una de las grandes virtudes que la escuela ha tenido y que en mí dejan una huella es la inclusión vivida, porque la otra persona es igual a mí, tiene los mismos derechos. Como dice Adela Cortina los mínimos que nos hacen coincidir en el camino por aportar a una sociedad con más derechos vividos.

Carmen Cahuec Iztecoc

Novicia Misionera Dominica del Rosario

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