APRENDIZAJES DEL 2020, QUE NOS SERVIRÁN EN EL 2021

Todas y todos nos expresamos del año 2020 como un año que lo recordaremos toda la humanidad por lo que nos ha traído y hemos vivido con la pandemia del covid-19. Con todo, lo cerramos agradeciendo lo vivido y teniendo presente las lecciones aprendidas. Nos deseamos un 2021 en camino de recuperación de la vida, con esperanza.

 

  • Agradecer la vida. Somos vulnerables. Lo hemos experimentado personalmente y en tantas personas queridas que se nos han ido, que murieron solas, solos y eran muy fuertes. Todos, todas estamos interconectados.
  • Disponernos para el cambio, los cambios profundos que vivimos: climático, social, económico, cultural… Analizar las causas científicas de los mismos y sus consecuencias. Apertura a los mismos, a esta nueva realidad global, institucional, personal. Los cambios se nos imponen a jóvenes y a adultas.
  • Tenemos que crear, inventar un nuevo estilo de vida: del cuidado, de lo suficiente, de amor a la Madre Tierra, de cuidarla, compartirla y hacerla producir para lograr alimentación para todos.
  • Los cambios de agenda. Agenda de 24 horas, sin perder la esperanza y la mirada puesta en la utopía del Reino. 
  • Necesitadas de ser sostenidas por el amor de Dios, reforzando nuestro encuentro con Él en la oración, la súplica, el grito, el agradecimiento, la confianza que nos ayuda a superar el miedo y la fortaleza que cada día nos ha sostenido y sostiene en nuestras comunidades. 
  • El confinamiento nos cerró en casa y nos abrió espacios para una comunicación más profunda con nosotras mismas, con la Madre Tierra, con la realidad del mundo hermanado por la pandemia, con hermanas y hermanos de cerca y de lejos. Ampliamos la comunicación virtual que nos ayudó a sostenernos y a mantener la esperanza.
  • Oportunidad de más tiempo para leer, reflexionar, orar, discernir, seguir cursos virtuales ofrecidos por las universidades, (Boston College), CLAR, UISG, la copiosa producción del papa Francisco en el 2020.
  • Hemos descubierto personas “Estrella” que dan luz y son señales a seguir. Son testimonio de fortaleza, de amor, de sensibilidad con todos: enfermos, médicos, enfermeras, investigadores, paramédicos, del sector servicios, enterradores, comerciantes, maestros, maestras, bomberos, barrenderos…Entre ellas, el gran testimonio del papa Francisco que en su condición humana de adulto mayor con limitaciones de salud nos ha dado ejemplo de fortaleza, solidaridad con todo el mundo, humanidad, cercanía y esperanza. Con esta condición de salud, ha sido prolífero en sus enseñanzas. Francisco no ha descansado a sus 84 años. Ha seguido su trayectoria tras el Sínodo Amazónico y Querida Amazonía con el recordatorio de la Laudato Si en su V aniversario, La Fratelli Tuti,…
  • Entre colectivos “Estrella” el testimonio de las hermanas-os que luchan por la justicia. Que sufren la opresión y represión: presos políticos, persecución y acoso en Nicaragua; Colectivos como Centinelas en Guatemala, mencionando los de cerca en Centroamérica.
  • La Misión nos cambió. De encuentros de estudio bíblico…, a encuentros de escucha atenta, con amor de las situaciones problemáticas de las personas, familias que necesitan expresar su dolor, preocupación, angustia, sentirse escuchadas, personas amadas por Dios, perdonadas por su misericordia, que les capacita para enfrentar la vida con ayuda de otras.
  • Que el objetivo de la formación en la Vida Consagrada se resume: en aprender a ser humanas y saber leer la realidad, los signos de esta época y dar respuestas al estilo de Jesús.
  • La fortaleza y capacidad de resistir, de permanecer, de solidarizarnos y apoyarnos para pasar unidas la tempestad. Todos, todas vamos en la misma barca.
  • Dios, hecho humano, débil, descartado, migrante, es LUZ que ilumina nuestra noche y ESPERANZA para la humanidad.
  • Que este Dios humano nos sale al encuentro en los empobrecidos, ignorados. Lo descubrimos en nuestros vecinos en la familia de Dña. Goya y Don Pedro con sus cuatro hijos de diferentes capacidades: Óscar, (delante del papá) Olga, (delante de la mamá), a la que estamos acompañando en el proceso de una cirugía, Berta, al lado de Oscar, y Ma. Antonieta, la menor). En esta familia hay amor, atención de unos a otros, sonrisas,

dolores, penas, alegrías y sueños de un pastel grande para compartir el 25 de diciembre y Año Nuevo.

 

Arantza Ladrón de Guevara Ortiz de Urbina, MDR
San Miguel Chicaj, Baja Verapaz, Guatemala

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