ME SEDUJISTE, SEÑOR, Y ME DEJÉ SEDUCIR

Antes de compartir la manera como Jesús me sedujo, me gustaría saludar a todas las hermanas y que el espíritu de nuestros fundadores nos acompañe sobre todo en esta época de COVID-19.

 

Soy Fátima Yambi, nacida en la provincia de Huila, municipio de Quilengues. Tengo 20 años. Soy una aspirante de la comunidad de São Martinho de Porres- Viana.

 

Empezaré diciendo que, a veces en la vida, es necesario adaptarse a nuevas situaciones y saber que en la vida hay altibajos y tenemos que aceptar la situación de vida en el que nos encontramos.

De la misma manera que Dios nos hizo altos y otros más bajos, algunos negros y otros blancos, esto me hizo darme cuenta de que Dios ama a cada ser humano con sus limitaciones y valores, porque creo que Dios nos hizo de esta manera para darle sentido a la vida y en la diferencia podemos entender sus designios.

 

Hay ciertos momentos en la vida, en los que tenemos que ser maduros y saber reconocer nuestra vida por nosotros mismos, para que en el futuro no echemos la culpa a los demás. Al tomar una decisión debemos tener en cuenta algunos aspectos:

 

– Pensar antes de tomar una decisión;

– Ser conscientes de la decisión y una vez tomada debemos soportar las consecuencias que conlleva;

– Ser feliz con la decisión tomada.

 

Al tomar una decisión, no sólo debemos pensar solamente en nosotros mismos, sino también en la felicidad de los demás.

 

Quisiera confesar que me emocioné con el estilo de vida de la familia dominicana del Rosario y muchos temas inundaron mi pensamiento, como, por ejemplo: ¿Qué es lo que Dios quiere realmente de mí? ¿Por qué yo? ¿Y no otra persona? ¿será una mera ilusión? Pero entonces me di cuenta de que Dios quiere algo más de mí, que va más allá de mis límites. Después de unos meses de reflexión decidí contestar a la invitación del Señor: venir y ver. ¡Estaba segura de que esta decisión cambiaría mi vida para siempre!

 

El pasado 22 de febrero de este año, dejé a mi familia para empezar una vida totalmente diferente a la que estaba acostumbrada de joven entre otros jóvenes y amigos. El día 23 llegué a la comunidad de São Martinho de Porres en la capital del país. Desde el 23 de febrero hasta hoy, he aprendido y sigo aprendiendo a asumir más responsabilidad por mí misma y por la vida de los demás. He estado profundizando en la invitación del Señor y descubriendo la verdadera forma de vivir en comunidad.

 

Con la ayuda de nuestra hermana Ana de Carvalho, estoy haciendo un esfuerzo para encontrar la conexión con mi interior, conociendo mis cualidades, limitaciones y heridas porque en el ser sólo hay cosas buenas.

 

Con la hermana Luzia Pedro Barão, estoy conociendo la vida y el trabajo de nuestros fundadores, cómo ser una verdadera dominica y qué hacer en las situaciones más difíciles de la vida, tratando de entender las necesidades de los demás y saber cómo mirar más allá del horizonte.

Con la Hermana Maria Reais, estoy conociendo mejor la vida de Jesús, el verdadero significado de sus palabras y cómo nos reta con actitudes y ternura. Por lo tanto, sólo podremos seguir a Jesús si lo conocemos primero, porque así seguiremos mejor sus huellas.

 

La experiencia del viaje en grupo está siendo muy buena, nos permite compartir las alegrías y las penas, hacerse amigas y compartir el amor que nos unió como hermanas en Cristo. Nos reunimos desde diferentes familias, culturas, hábitos y costumbres, para compartir un único ideal de Ramón Zubieta y Ascensión Nicol.

 

Que la Madre del Rosario me acompañe en este proceso de discernimiento.

Fátima Yambi (aspirante)

Comunidad de San Martinho de Porres.

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