El seguimiento consiste en identificarse con Jesús en su entrega a los demás y sin buscar aplausos ni recompensas, esto significa negarse a sí mismo.
La fidelidad a Jesús y la coherencia de vida puede traer grandes cruces. Lamentablemente una gran parte de la sociedad está inmersa en situaciones y estructuras corruptas y para algunos les resulta casi inevitable no verse involucrados. Además, si participas, no eres “buena gente” y pierdes los derechos ganados.
Cargar con la cruz es mantenerse al margen de la corrupción, de la injusticia, y aceptar el rechazo que viene por añadidura.
Se trata de una cruz autoimpuesta por ser fiel a sí mismo y a Dios. Lo que debemos buscar es la fidelidad y la cruz es consecuencia inevitable de ello.
La esencia del mensaje cristiano es la llamada a la plenitud y felicidad y todos debemos aspirar a ello, Dios no quiere el sacrificio ni el sufrimiento de nadie, Dios nos quiere felices, nos creó para ello, además nos puso ese potencial dentro, somos divinidad y podemos elegir el amor en cada momento.
Este domingo celebramos la fiesta de Santa Rosa de Lima, Santa Dominica. Que ella nos regale la sabiduría para responder con fidelidad al llamado que Jesús nos hace cada día.