Domingo, hermano Abrazas con ternura al crucificado, descanso de tus pies cansados latido de tu latir pasión de tu contemplación llaga de tu entraña Verbo de tu predicación Inspiración de tu estudio Alegría de tu corazón. A él tus preguntas y súplicas ¿Qué será de los pecadores? De él brota tu amor compasivo Hacia él tu mirada luminosa. Por él tus desvelos Con él anuncias la Gracia Hacia él, encaminas nuestros pasos. Sólo en él aprendemos a tejer comunidad Desde él abrazas al pobre y marginado Gracias a él, herejes forman una comunidad de discípulas Domingo, predicador de fronteras Acaricias las encrucijadas Escuchas a quien busca la verdad. Peregrino de lo alternativo Sueñas con otra Iglesia, otra humanidad. Domingo, háblale a Jesús de nosotras/os , tu Familia Queremos llevar tu antorcha De justicia y paz, Ser luz en la oscuridad y la confusión, Aliento en la desesperación. Y en cada rostro reconocer a un hermano/a con quien buscar la Verdad, Con quien contemplar la Verdad. Contágianos tu alegría madurada en la cruz tu humilde libertad Haznos Familia unida en la Predicación. Mensajeros/as de la esperanza Consuelo para nuestro pueblo Testigos de la resurrección.