MOZAMBIQUE FRENTE AL COVID 19

La pandemia del COVID 19 que está afectando al mundo entero, no podía de dejar de visitar Mozambique. Las experiencias duras y dramáticas de los países desarrollados que colapsó el sistema de salud, colocó a Mozambique en máxima alerta en la prevención, rastreando a todos los que llegaban al País, dando seguimiento y colocando en cuarentena a los sospechosos.

Así también con la declaración de estado de emergencia decretado por el presidente de la República en el mes de marzo cuando el País tenía 8 casos en la capital Maputo y en la provincia norte de Cabo Delgado en el campamento de las empresas de explotación de gas y petróleo.

Como en todos los países pobres, el sistema de salud de Mozambique es frágil, con poco personal y un alto porcentaje de personas viviendo con el virus de HIV, trabajar en la prevención sería el objetivo principal. Con esta opción se consiguió mantener un número relativamente bajo de contagios aproximadamente 2 a 3 meses que no llegaba a 350 casos y la mayor parte de casos aparentemente controlados.

Aproximadamente a mediados de mes de mayo se dio una explosión de contagio en el vecino país de África del Sur, donde miles de mozambiqueños trabajan en las minas y en pequeños negocios, con las medidas tomadas en aquel País, cerraron las minas, negocios, etc., y los mozambiqueños regresaban en grandes grupos, a pesar de los rastreos en todas las fronteras, algunos casos escaparon, apareciendo nuevos casos en algunas provincias del sur. Por otro lado aparece el primer caso en la provincia de Nampula, vecina de Cabo Delgado, en la zona norte, resultando en el primero óbito de una niña de 13 años internada, desde ahí el contagio se expande rápidamente, contagiando 14 profesionales de salud y otros casos que no consiguen controlar, aumentando rápidamente el número de contaminados, llegando a ser declarada la primera provincia de contagio comunitario. En Maputo donde las hermanas MDR tenemos dos casas, también va aumentando rápidamente declarando la segunda provincia de contagio comunitario.

En la Provincia de Zambézia que está en la zona centro vecina con Nampula, las Hermanas MDR tenemos tres casas, dos en Quelimane y una en Milange, esta última está en la frontera con Malawi. A inicios del mes junio aparecieron los dos primeros casos en Quelimane y a mediados del mismo mes el primer caso en Milange.

Cuando fue declarado estado de emergencia, cada una de las hermanas fuimos a las pequeñas comunidades cristianas que acompañamos, para informar, compartir lo que han oído, y la nueva forma de vivir nuestra fe en las familias, porque todas las capillas y parroquias están cerradas. En las comunidades rurales y suburbanas no hay energía, por tanto no hay radio ni televisión, ni internet para participar en las Eucaristías y celebraciones litúrgicas, ni las clases.

Gracias a Dios nosotras tenemos Eucaristía presencial en el Monasterio de las Hermanas Clarisas a puertas cerradas y continuamos alimentando nuestra fe en nuestra pequeña capilla de casa, en la Semana Santa participaron los guardas que trabajan con nosotras.

Los Estudiantes son los más afectados, especialmente de la zona rural; desde marzo están suspendidas las clases, ya llevamos cuatro meses sin esperanza de reabrir, o adquirir otra metodología de estudio. Aquí son pocos los alumnos de las escuelas secundarias que van levantar los trabajos que dejan los profesores. Con esta situación va aumentar los matrimonios prematuros y embarazos precoces de adolescentes que se venía trabajando para disminuir.

 Hace algún tiempo se ha colocado una carpa para rastreo de todas las personas que llegan al hospital, y los sospechosos son colocados máscaras como señal para el personal. Según lo planificado el atendimiento a los enfermos de COVIUD 19 será fuera del pueblo, en un espacio adaptado para el caso. El primer caso está en cuarentena domiciliar, las muestras de los contactos ya fueron enviados a Maputo.

Agradecemos a Dios por su protección hasta ahora, por todas las personas que están trabajando a “doblar esfuerzos” para evitar mayor contagio, por las familias que trabajan para mantener la fe en sus hogares, por las mamás que luchan cada día para tener algo para la comida de sus hijos, por la proximidad de las hermanas a través de diferentes medios de comunicación y sus oraciones. Pedimos al Señor que nos siga acompañando, para que podamos enfrentar esta situación con mucho cuidado, paciencia y esperanza confiando en el Dios de la vida.

Comunidad Ramón Zubieta-Milange

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