Queridas hermanas

Me gustaría compartir con ustedes, la experiencia que he tenido en España   colaborando con el proyecto del Juniorado Congregacional. En primer lugar, estoy muy agradecida al Consejo General por confiar en mí y darme la oportunidad de compartir estos días con las junioras. Desde hace tiempo, siento    una llamada especial y urgente: responder con el ministerio de sanación, combinando la Espiritualidad y la psicología, sanar las heridas y ser un instrumento en la construcción del Reino de Dios, y viviendo   en el aquí y ahora. Así que esta experiencia de compartir fue como una llama encendida, que alimentó mi llamada. Siento una gran satisfacción y alegría indescriptibles al dar a nuestras hermanas todo lo que he recibido.  Fue una experiencia muy enriquecedora y un gran aprendizaje durante la preparación y ejecución.  He sentido una constante necesidad de entrar en mí misma, siendo sencilla y coherente, tocando a cada uno de los corazones de nuestras junioras.  

Además de compartir en el juniorado, fue una oportunidad de conocer las comunidades en Madrid, visitar algunas hermanas conocidas, que hace años no veía, y otras que por primera vez conocía. También, me dieron el regalo de visitar   Pamplona. Fue una gracia   conocer a las hermanas que estuvieron en las misiones compartiendo su vida por tantos años. Cuando me escucharon que llegué de Perú, algunas hermanas que estuvieron por acá se emocionaron tanto que sus ojos brillaban y salían lágrimas de alegría. Agradezco de todo corazón a la Hna. Pilar Elizalde que me sorprendió llevándome a Tafalla y Javier. Gracias a su familia conocí lugares donde vivieron personajes muy importantes en mi vida.  Mil gracias a Dios por todo y al   Consejo Provincial que aceptaron que vaya a colaborar en el proyecto Congregacional. Dios nos llene de bendiciones y nos dé, la gracia a todas. 

Con cariño y saludo oriental Rani.

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