“El ritmo de la música cambió y tuvimos que adaptar el paso de la danza”

No podemos salir a las Comunidades, no hay estudiantes, no hay Maestros, no hay clases… ¿Qué estamos haciendo? Cada cual dedicado a tareas diferentes, pues en la misión siempre hay algo que hacer y disfrutando los tiempos para la oración y el estudio comunitario con el tema de la “Itinerancia dominicana”.

Los responsables del internado, coordinado por la hermana Susana, haciendo seguimiento virtual a los y las estudiantes, que están en sus comunidades, y hasta donde se puede llegar, dada las limitaciones existentes. Esta situación genera indignación, porque muestra una vez más la discriminación y la desigualdad tan grande que se vive en el país. 

Toda la comunidad ha participado en el reparto de los alimentos del programa de Qali Warma, para que lleguen a los estudiantes. La hermana Lola preparando temas de catequesis y haciendo mascarillas. Fr. Daniel y hermana Giovanna recopilando material en Matchiguenka y Ashaninka; y ahora están abocados en un proyecto de intervención y prevención del COVID-19, en coordinación con la Posta de Salud y el Vicariato de Puerto Maldonado. Fr. Wilber trabajando en el campo con Enrique, han preparado toda una chacra con plátanos, yuca, maíz… Por mi parte, trabajé tres sueños de Querida Amazonía con diapositivas, lo más sencillo posible, para traducirlo a las tres lenguas de aquí y llevarlo a las comunidades -cuando podamos-, tal como hicimos con el documento previo antes del Sínodo. Me queda tiempo para la lectura, el arte, las manualidades y caminatas cortas alrededor de la misión.

De momento todo está tranquilo por aquí, tomando todas las precauciones posibles, pues si el COVID-19 llegara a este puesto de misión, nos encuentra desprovistas de materiales para hacerle frente; la Posta está totalmente desabastecida. Ante la cercanía de Ucayali, los varios casos en Atalaya y el reporte de un caso de un foráneo en  la Comunidad de Nuevo Mundo que está solo a 20 minutos de Kirigueti por el río Urubamba, la Comunidad Nativa ha incrementado las medidas de seguridad para resguardarse. Así tenemos que se ha reforzado el Serenazgo para controlar los posibles botes que lleguen, se ha restringido el abastecimiento de alimentos y otros a una sola vez al mes desde el distrito de Sepahua, no se permite la entrada de foráneos a la comunidad, aunque algunos a veces logran burlar esta vigilancia.

Tuvimos la visita del director de la Red de Salud de Quillabamba con propuestas y capacitación y se comprometieron a investigar este caso de Nuevo Mundo, pero hasta ahora no hemos tenido más información.

Se están controlando mucho más los ríos, por la presencia de embarcaciones; pero la toma de conciencia no va muy allá y los aspectos culturales también influyen en la toma de medidas. 

Hna. Pilar Barrero Díaz

Misionera Dominica del Rosario

Puesto de Misión Kirigueti, Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado.

Miembro de la comunidad mixta conformada por Dominicos y Dominicas para la atención de las Comunidades Nativas en el Bajo Urubamba.

Fuente: Episcopado del Perú

Compartir esta publicacion