Del estallido social al covid 19

Para comentar los hechos que han ocurrido en Chile desde el 18 de octubre hasta nuestros días brevemente debemos situarnos en primer lugar en nuestro contexto interno como, país el cuál saturó el sistema capitalista y generó el estallido social, para luego situarnos en el plano del contexto mundial actual y comprender la real amenaza de una pandemia, como lo es en nuestros días el covid 19.

Para explicar de manera sucinta el origen del estallido social que se da en Chile en octubre de 2019 tenemos que comprender que son varios los factores que interactuaron entre sí.

En primer lugar, el modelo neoliberal extremo generó en Chile una elevada segregación urbana, social y educativa, además, desconfianzas interpersonales y grupales, molestia por los abusos, inequidad y también una sensación de fragilidad económica en vastos sectores de clase media.

Las problemáticas se tradujeron a su vez en actitudes de individualismo extremo, anomia, como deterioro generalizado del contrato social, e irritación extrema en la ciudadanía. Asimismo, el Estado mantuvo por décadas una gran negligencia respecto a problemas clave, como el abuso infantil, las patologías mentales, escuelas públicas convertidas en guetos, cárceles con elevada reincidencia, permisividad respecto a la emergencia de narcos, anarcos y barras bravas. Para la elite, eran problemas que no querían ver, ni los afectaban mayormente. Por ende, se formó un ejército potencial de encapuchados a punto de descargar su ira sobre la sociedad. Estos elementos se sumaron a la contingencia de un gobierno políticamente inepto, de actitud gerencialista, con frecuentes declaraciones desafortunadas. Bastó con una mini chispa de 30 pesos en el alza del transporte público, para detonar la conflagración, que prendió muy rápidamente.

Tan sólo una semana después del estallido se concretó una marcha pacífica de 1.2 millones de manifestantes, impactando al país y al mundo. La elite chilena no había querido reaccionar antes a las denuncias de abusos e inequidad, con meras marchas pacíficas. Luego de esto se vino un proceso de negociación política de un grupo de legisladores que habían perdido de hace mucho rato la credibilidad de la sociedad. Con un gobierno que no quería dejar de mantener sus “privilegios” nos transformamos en los meses de diciembre enero y febrero en una sociedad polarizada en la que se presentaban dos posturas claras que siempre han estado presente a lo largo de los últimos 50 años de nuestra historia, la de cambiar la constitución elaborada en la dictadura del General Augusto Pinochet y la otra de la elite que solo promueve algunas reformas sociales en los que el Estado debe solventar las mejoras y no los privados.

Hoy en día esta situación antes enunciada se sumerge en un paréntesis, en una tensa calma, que responde a una realidad mundial que es el Covid 19 o también llamado Coronavirus. La preocupación es mayor, de carácter vital y que obviamente puede tener mayores índices de mortalidad para los más pobres. El gobierno de Sebastián Piñera tiene una nueva oportunidad de ganar credibilidad en la sociedad chilena y uno de los ministros más cuestionados, el doctor Jaime Mañalich (ministro de salud) es quién asume el liderazgo de la lucha contra este virus.

Bajo esta realidad a la que nos encontramos como país tenemos que aprender de las buenas experiencias de los países que han logrado controlar exponencialmente los contagios y no repetir los errores de los que no han logrado vislumbrar la real amenaza del Covid 19. Ya tendremos tiempo para ordenar nuestra problemática social, ahora debemos preocuparnos de lo más básico de nuestra existencia y eso lo lograremos realizando cuarentenas, alentándonos a no perder la esperanza y poner toda la fe en Dios orando por nuestros prójimos.

Christian Tumba Martínez

Colegio Ascensión Nicol

HMDR – Chile

Compartir esta publicacion