Namacurra una misión en crecimiento
Una parte de la semilla cayó en buena tierra…
Nosotras, las hermanas de la comunidad de San Martín de Porres, continuamos el trabajo pastoral en la Misión Namacurra.
Esta Misión nació de la propuesta dada por nuestro Obispo de Quelimane, Dom Hilario da Cruz Massinga, quien solicitó un misionero para colaborar y acompañar a la Misión de Namacurra que está a más de 300 km de la ciudad de Quelimane donde vivíamos, porque no había nadie para evangelizar en las 50 comunidades cristianas allí.
Este año, hemos tomado esta nueva comunidad pastoral como “nuestra nueva misión”. Allí vamos una vez al mes para participar y colaborar en actividades pastorales y celebraciones eucarísticas.
En el primer semestre de 2019, se planificaron varias reuniones de capacitación en todos los niveles y para diferentes grupos: jóvenes, niños, líderes comunitarios; líderes de los comités y diversos servicios que están allí: ministros extraordinarios de comunión, ministros de esperanza, caritas, líderes de los movimientos carismáticos y toda la comunidad en general.
Las reuniones se dividieron en tres partes: Zona Norte, Zona Sur y Centro. La participación fue positiva, y los participantes expresaron su gratitud por haber participado en estas reuniones de capacitación.
Todos nos sentimos fortalecidos y renovados. Durante la formación fue notable descubrir la sed y el hambre de formación que tienen nuestros creyentes. Expresaron la necesidad de profundizar aún más su crecimiento en la fe promoviendo más reuniones de formación. Hemos encontrado que muchos signos y gestos utilizados en las celebraciones litúrgicas, no son entendidos o nuestros cristianos no entienden su significado.
Piden más entrenamiento y acompañamiento en su vida cristiana.
Aceptamos este desafío, aunque nos sentimos limitadas. Buscamos hacer nuestro mejor esfuerzo en esta tarea de proclamar la palabra de Dios, en estas comunidades periféricas que desean renovarse y crecer en la fe. “Que Dios nos proteja”
Que Jesús, el primer Misionero del Padre, nos acompañe, y María, Madre de las Misiones, nos aliente y consuele con su afecto maternal.
Hermana Angélica Amaral
Comunidad “São Martinho de Porres”
Quelimane