¿No quedaron limpios los diez? Los otros ¿dónde están?

La Buena Noticia Lc. 17, 11-19

Los diez leprosos son curados, sólo uno se salva. La fe no sólo supone la confianza en Dios, sino también la respuesta, el reconocimiento, el agradecimiento y la fidelidad. Supone el amor que brota del sentirme amado por Dios y que lo puedo experimentar por lo que Él hace cada día por mí. La verdadera salvación para el Leproso estaba en el agradecimiento del don, por haberlo curado sólo por amor.

El relato muestra la diferencia entre el judaísmo y el cristianismo. Para los judíos lo único importante era cumplir la ley al pie de la letra. Para los cristianos lo fundamental es el don gratuito e incondicional de Dios, al que se responde con agradecimiento y alabanza.

Sólo uno volvió para dar gracias, sólo uno escuchó el eco del amor de Dios en su corazón, sólo uno salvó su vida, sólo uno se liberó de toda esclavitud. Los nueve se sintieron obligados a cumplir la ley: presentarse al sacerdote para que los declare puros, volver a someterse a la institución. Los nueve buscaron nuevamente su seguridad fuera, en las estructuras. Los nueve buscaron fuera lo que estaba dentro.

La confianza produce la curación, la fidelidad y el agradecimiento, produce la salvación.

Sigamos unidas en la oración por la realidad difícil que viven nuestros pueblos.

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