La Buena Noticia Lc. 10, 25-37¿Quién es mi prójimo?
Cuando nos acercamos al que nos necesita nos estamos acercando a Dios. La voluntad de Dios no nos viene de fuera, sino que es una exigencia de nuestro ser.
En la primera lectura y Jesús en el evangelio habla de una ley escrita que llevamos todos dentro y que hay que descubrir. No basta ser religioso, tener buenas relaciones con Dios y asistir a la iglesia. Hay que hacerse prójimo, es decir dejar de considerarnos a nosotros mismos el ombligo del mundo y poner en el centro al otro. Tarea nada fácil.
Prójimo es todo aquel con quien me encuentro en el camino, aquel que me necesita. A veces nos hacemos los ciegos porque eso nos saca de nuestra programación, de nuestros planes y en ocasiones muy religiosos, como la hora de ir a misa. Nos es fácil atender a un prójimo cuando lo hemos programado,
pero nos cuesta mucho cuando alguien llega sin que lo esperemos.
Cada vez que hacemos a uno prójimo nos estamos acercando a nosotros mismos y a Dios. Por lo tanto no puedo ir en contra de los demás sin ir en contra mía.
Siempre que pasamos de largo frente al dolor ajeno, nos alejamos de nosotros mismos y de Dios.